La muerte de la mascota, la primera pérdida

por: Ale Velasco

La primera experiencia real de pérdida para muchos niños se produce cuando su mascota muere. Cuando esto ocurre, los niños normalmente no necesitan explicaciones médicas o científicas complicadas de entender. Lo que necesitan sobre todo es amor, apoyo, afecto y consuelo. Las reacciones de los niños ante la muerte de una mascota dependerán de su edad y su nivel de desarrollo.

En general, no es hasta los 9 años de edad que los niños entienden perfectamente que la muerte es permanente y final. Por esta razón, a los niños muy pequeños se les debe decir que cuando un animal muere, dejará de moverse, no verá ni escuchará más y que no se despertará de nuevo. Es posible que los niños necesiten escuchar esta explicación varias veces.

Hay muchas maneras en que los padres pueden comunicar a sus hijos que un animal ha muerto. Lo más importante es encontrar el momento más adecuado para hacerlo, en un entorno familiar, cuando se encuentre cómodo y sereno. Los padres deben usar una voz suave, mantener sus manos entre las suyas o poner un brazo alrededor de ellos.

Es esencial ser honestos al comunicar a los niños que una mascota ha muerto. Tratar de proteger a los niños con explicaciones vagas o inexactas puede crear ansiedad, confusión y desconfianza.

Hay que tomar en cuenta que no solo es importante saber cómo darles la noticia. Saber anticipar las preguntas que el niño podría hacer forma parte del proceso, pues es muy frecuente que los niños tengan muchas preguntas que hacer. Por ejemplo:

  • ¿Por qué murió mi mascota?

  • ¿Es mi culpa?

  • ¿A dónde se va a ir el cuerpo de mi mascota?

  • ¿Volveré a ver a mi mascota de nuevo?

Es fundamental saber responder a estas preguntas de manera sencilla y sincera, con términos y conceptos que el niño entienda. Estas preguntas que se hacen son una manifestación de complejos movimientos psicológicos que, por causa de su corta edad, no son capaces de comunicar. La tristeza, la ira, el miedo, la negación y la culpa son sentimientos que puede experimentar cuando su mascota muere.